Bienvenido/a a Permaprendices! Esta es la primera entrega de lo que será una newsletter sobre nuestros aprendizajes en el camino hacia una vida más consciente.
Hablaremos de permacultura, por supuesto, pero también de vida comunitaria, sostenibilidad, crecimiento personal, creatividad e incluso cuestiones más trascendentales y/o fuera de la línea de pensamiento convencional. Estamos abiertos al cambio, a que los temas que compartimos y la manera en que lo hacemos fluyan naturalmente, igual que nuestros intereses y, en definitiva, que nosotros mismos.
Este es nuestro diario de viaje y, sobre todo, un proyecto para el disfrute, hecho con la esperanza de que pueda aportar algo de valor o servir de inspiración. Esperamos que os guste, compartidlo si creéis que puede inspirar a alguien y no nos sigáis en redes porque no tenemos (no nos gusta decir "nunca", así que no tenemos por ahora y probablemente por algún tiempo).
Hoy sentimos la necesidad de compartir nuestra experiencia en Sunseed Tecnología del Desierto, un proyecto de vida en comunidad que sigue principios de sostenibilidad y bajo impacto medioambiental. Sunseed es una ecoaldea algo atípica, en la que conviven un pequeño grupo de personas (eran unas 10-12 durante nuestra estancia) de distintas nacionalidades y que se quedan por cortos periodos de tiempo (ninguna llevaba allí más de año y algo).
Sunseed ha existido desde principios de los años 80, como una iniciativa para restaurar el ecosistema de lo que es ahora un parque natural en Sorbas, Almería. Un paraje que tiene un altísimo valor medioambiental por su flora y fauna endémicas y porque es el karst mejor conservado de toda Europa. Eso sí, es un clima árido, de unos 200 mm de lluvia anuales, muy diferente al que estaban habituadas las personas que iniciaron Sunseed, que vinieron de Reino Unido. La vida allí puede ser dura, el trabajo en Sunseed requiere energía, paciencia y perseverancia, día a día.
En la última década o así Sunseed ha pasado de ser un proyecto de reverdecer el desierto a algo más amplio, un proyecto de vida en comunidad y educación ambiental por el que han pasado miles de personas. Algunas se han quedado varios meses o incluso años, y muchas más han pasado solo unas semanas o días.
Lo que hace a Sunseed diferente de otras ecoaldeas es su transitoriedad. El Sunseed que visitamos la semana pasada no tiene nada que ver con el que hubo hace un año, porque la gente que lo compone es otra. Esto ha hecho posible que el modelo de Sunseed se difundiera ampliamente, que inspirara a muchas personas de muy diversas nacionalidades, pero también ha sido un problema para la transmisión de conocimientos y para que los proyectos tuvieran una continuidad. Un colector de biogas lleva años abandonado en mitad de dos huertas, la estufa del comedor tenía un sistema de calefacción central que llegaba hasta el baño y que nadie sabe cómo funciona ya y, por tanto, no pueden reparar.
Por eso Sunseed está ahora en una etapa de transición, buscando un grupo de gente que quiera comprometerse por tres años o más, para darle esa estructura tan necesaria para poder sostener las idas y venidas del resto de la comunidad.
Llegamos en un momento especial en su historia, y el Sunseed que vivimos brevemente no tendrá nada que ver con el que existirá a partir de junio. (Otro recordatorio de que no hay que dejar pasar las oportunidades del momento).
Fuimos sin ninguna expectativa y con la inquietud que aparece siempre que uno deja su hogar y se adentra en lo desconocido, y volvimos revitalizados, inspirados y muy agradecidos por haber formado una pequeña parte de aquello.
Lo primero que nos llamó la atención era la belleza que rebosaba el lugar, tanto los jardines y demás espacios verdes como los interiores, salas comunales y habitaciones. La belleza que desprende ahora es el resultado del amor de muchas personas diferentes que han pasado por el proyecto, cada una dejando su impronta, y también la belleza que aportan al espacio las personas que ahora están allí.
En el centro de la mesa del comedor, un jarrón con flores recién cortadas. En la oficina, un panel con los retratos-caricaturas que Lara había hecho de cada uno de los miembros del equipo. En el baño de las chicas había colgada una lámina que contiene una lista de hierbas medicinales útiles para la mujer, y la lámina había sido dibujada y coloreada a mano con mucho esmero. Las sillas de la terraza, donde nos reuníamos cada día para la comida, habían sido pintadas de varios colores, algunas incluso con patrones que imitaban hojas.
Todos los letreros que encontrabas en el camino habían sido pintados y decorados. No solo señalizaban o indicaban un espacio, sino que te hacían sentir el cariño y la dedicación que había en él, o simplemente te recordaban la visión de Sunseed. En la foto: "Nunca la naturaleza dice una cosa y la sabiduría otra" y "Si no tienes claro si algo es sostenible, pregúntate, '¿Podría hacer esto para siempre?'". En la última foto, el rincón de cosméticos, secado de hierbas, costurero... todo indicado y pintado a mano.
Lo que nos llevó a Sunseed fue el curso que organizaban sobre restauración de ecosistemas en climas áridos. Nos pusimos a trabajar en cada una de las fases del proyecto: germinar semillas, trasplantar y repicar, plantar las que ya están listas, cavar zanjas para contener el agua, proteger a las plantas de los depredadores y la erosión del suelo... También aprendimos sobre la situación socioeconómica en Almería, el problema con la sobreexplotación de los acuíferos y la explotación humana que tiene lugar en los invernaderos, diferentes perspectivas sobre lo que es la restauración... Y muchas otras cosas que no caben aquí.
Todo ello, enriquecedor y valioso, pero no era lo más importante de lo que habíamos ido a aprender.
En esta primera newsletter no queremos ponernos demasiado místicos, así que vamos a llamarlo intuición. Cuando preguntamos a nuestra intuición qué teníamos que aprender en Sunseed, sentimos que era "cómo lo hacen". Cómo viven, cómo se organizan, cómo armonizan la convivencia entre tantas personas...
Solo tuvimos algunos vislumbres de esto. Desde fuera, como parte de un curso, es difícil ver los entresijos de las cosas, pero se pueden encontrar ideas, imágenes, sentimientos. Nos quedamos con eso poco y con las ganas de volver para saber más.
Nuestra primera sensación al entrar en Sunseed fue de armonía. Al contárselo a Harry, uno de los instructores del curso, este se rió, negando con la cabeza. "No, no, todo es un caos!"
Desde luego, la vida es un caos. Seguro que hasta la organización más aparentemente pulida y refinada tiene por debajo una maraña de documentos perdidos, ideas alocadas, intentos fallidos y demás pilas de materia en descomposición, el futuro compost de nuevos proyectos.
Lo que cuenta es que encima de todo eso, en la superficie, hay orden, pero un orden dinámico, no rígido. Hubo cambios en el programa del curso, en las personas que iban a dar algunos módulos, en los horarios... y todo fluyó armoniosamente, adaptado al presente y a quienes estábamos allí.
Sunseed es una recalibración y una negociación constante. Las tareas domésticas, quién hace qué, qué compran y qué no, cómo se relacionan con los vecinos, si tienen o no gallinas, si admiten o no perros... Y el caos inherente a las relaciones personales y los conflictos que surgen naturalmente.
De esto último nos gustaría hablar en otra entrega, porque Sunseed da para mucho y porque no queremos extendernos demasiado (aunque igual ya es tarde para eso).
La última foto que compartimos hoy, otro letrero: "La permacultura es una revolución disfrazada de jardinería". Un poco desgastado por el sol y por el paso del tiempo (a saber qué generación de Sunseed lo hizo y dejó ahí). Detrás, una casita de cob (un sistema de construcción natural que usa paja, arcilla y arena) con una inscripción en latín: res non verba, que significa "hechos, no palabras".
Un abrazo,
Marta y Andreu
Thank you so much for this beautiful post about your experience at Sunseed, it warmed my heart to read it! Sending gratitude from all of us at Sunseed, Holly
Que bueno!!! Yo fui coordinador de mantenimiento y bio construcción desde 2011 hasta 2014 y me opuse a la construcción de la estufa que no funciona y me echaron de sunseed!!! cuando la estufa que había funcionaba perfectamente hahaha hasta calentaba el agua que cosas oyes !!!