Tres historias sobre el mundo, ¿cuál es la tuya?
Business as usual, el Gran Colapso o el Gran Giro
Hoy en día circulan básicamente tres historias sobre cómo funciona el mundo.
La primera se llama "business as usual" ("lo de siempre", "negocios como siempre"). Es la creencia de que en realidad no hay ningún problema o que, si lo hay, la ciencia pronto lo resolverá. Alguien descubrirá la forma de revertir el cambio climático (si es que existe; para los seguidores de esta historia el cambio climático se pone en duda o se minimiza). Haremos que llueva cuando queramos, limpiaremos la contaminación con un producto mágico o nos iremos a otro planeta cuando este ya no nos sirva.
En esta historia el ser humano es naturalmente competitivo y egoísta, pero estas características son vistas como algo positivo, pues es lo que nos ha permitido llegar tan lejos. La historia de business as usual cree firmemente en el crecimiento continuo, que solo existe lo que puede medirse y en que el progreso es lo único que importa.
Para poder vivir en esta historia hace falta un alto grado de insensibilización. Para vivir en esta sociedad nos intentamos amoldar a esta historia, siguiendo las modas, confeccionando nuestros sueños a su medida, buscando lo que los demás nos dicen que es el éxito y la felicidad.
Entre tanto, cosas terribles suceden ahí fuera y nosotros, que creemos que no podemos hacer nada, nos volvemos insensibles, porque el dolor de sentirse impotente, triste, decepcionado… es simplemente demasiado.
Mejor seguir con "business as usual". Trabajar, jugar, ver una peli y mañana será otro día, mejor no preguntarse mucho.
Hasta que pasa algo.
Puede ser algo muy gordo, un choque muy grande, o puede ser una acumulación de desengaños, pero finalmente se produce una fractura.
Una fractura que nos parece un abismo, pero a través de la cual puede entrar la luz.
La segunda historia es la del Gran Colapso.
Muchas personas desengañadas con el sistema se mudan a esta nueva historia. Personas que descubren que pese a todos sus esfuerzos el sistema les ha escupido a lo más bajo del escalafón social, personas que son conscientes de la destrucción de los ecosistemas y echan de menos el trino de los pájaros al pasear por el monte, personas que han vivido el empobrecimiento de las relaciones sociales y se sienten solas pese a estar rodeadas de gente, personas vacías de propósito aunque hayan alcanzado el supuesto éxito, personas insatisfechas con matarse a trabajar para disfrutar dos semanas en las Maldivas, personas que sufren enfermedades crónicas y debilitantes para las que el sistema no les da solución…
La primera historia es tan frágil que casi cualquier cosa puede tumbarla. Estamos viviendo un periodo de fractura sistémica en el que la narrativa colectiva se tambalea, y por eso hay tanta polarización social y tanta inestabilidad. Por eso nos cuesta tanto entendernos: habitamos historias diferentes.
Muchos, cuando abandonamos la historia del progreso infinito, que no nos ha hecho ningún bien, caemos en una historia de desesperación.
Caemos en la depresión, el desengaño, la frustración, la resignación. Perdemos la esperanza en la humanidad y decidimos pensar solo en los nuestros; solo nuestra gente es buena, solo nos podemos fiar de los nuestros.
Solo podemos ayudar a los nuestros.
Al fin y al cabo, ¿qué puedes hacer una sola persona frente a las enormes fuerzas que operan ahí fuera?
"El ser humano es competitivo y egoísta y eso es precisamente lo que nos está llevando a la catástrofe.” “Es nuestra naturaleza, no hay nada que hacer.” “Somos malos.” “Soy malo”. La segunda historia nos hace pensar esto una y otra vez, y mientras creemos en ella la culpa nos paraliza y nos derrota.
Nosotros vivimos un par de años frustrados y tristes, sumergidos en esa historia y enfadados con la humanidad. Teníamos ganas de hacer algo pero no sabíamos el qué, y cualquier cosa parecía insignificante. Pensábamos que no íbamos a poder parar la Máquina, que los pequeños gestos de las personas pequeñas eran inútiles.
Pero eso no es cierto. Los pequeños gestos cuentan. Incluso los que no son vistos por nadie, como visitar a una persona mayor que se siente sola o elegir comer menos carne para que se mate a una vaca menos. ¿Cómo va a cambiar eso el mundo?
Bueno, primero, no se trata de cambiar el mundo. Se trata de vivir en el amor, y el amor se expande naturalmente sin necesidad de que lo estiremos o lo empujemos.
Segundo, el mundo opera de maneras infinitamente misteriosas. El poder no está solo en el dinero, el control de los medios o las armas. Cuando estamos alineados con nuestro verdadero Ser podemos ejercer un poder que no se puede cuantificar de las maneras convencionales.
Solo tenemos que hacer nuestra parte y confiar.
Con el tiempo nos hemos dado cuenta de que la segunda historia es una historia de transición. Algunas personas se quedan atascadas en ella y mueren creyendo que no hay esperanza. Otras muchas viven y mueren creyendo en la primera historia, ciegas o insensibles a los desastres que el mito del progreso ha causado.
Pero aún falta la tercera historia. Una historia que construimos entre todos los que creemos en ella.
Es la historia del Gran Giro, que cuenta cómo ante la mayor crisis que está experimentando la humanidad tenemos la oportunidad de crecer y madurar, de crear "el mundo más bello que nuestro corazón sabe que es posible" (Charles Eisenstein).
Las crisis económicas, las convulsiones sociales, las catástrofes naturales… son como las contracciones del canal del parto que va a alumbrar a una humanidad nueva. Pero eso solo pasará si conectamos con este propósito, si sostenemos nuestra verdad.
Los humanos estamos adentrándonos en una gran crisis porque no hemos escuchado las señales. Cada vez van a ser más fuertes y difíciles de ignorar, hasta que mirar a otro lado sea imposible.
Pero el cambio profundo nunca viene impuesto desde fuera. Es una elección que tomamos cada uno de nosotros.
¿En qué consiste la elección?
En escoger nuestra historia. La historia de cómo vemos el mundo y a los demás, y por tanto cómo tratamos a la Tierra, a nuestros semejantes y a todos los seres vivos con los que convivimos.
Empezando por nosotros mismos: ¿nos creemos valiosos?, ¿nos respetamos?, ¿nos amamos?
Los humanos no somos un cáncer o un virus para el planeta, somos sus guardianes, aunque muchos nos hemos olvidado de ello, tratando con descuido el bellísimo planeta del que formamos parte. Hemos de recordar nuestro verdadero papel en el ecosistema.
La tercera historia no cree que el ser humano sea egoísta. De hecho, sabe a ciencia cierta que es solidario, cooperativo y generoso por naturaleza. Resiliente, bondadoso, deseoso de hacer el bien. Si no actúa siempre así es porque está preso del miedo, insensibilizado, impotente o seducido por la gratificación inmediata y el éxito a toda costa.
¿A cuánta gente conoces que haga el mal por hacer el mal? ¿Cuánta gente, cuando escarbas un poco, ves que solo se siente perdida, incapaz, en busca de valoración y pertenencia?
Las historias que nos contamos nos modelan y modelan nuestra interacción con el mundo.
¿Qué te produce pensar en la primera historia? ¿Y en la segunda? ¿Cómo te hacen sentir? ¿Cómo actúas hacia los demás y hacia la Tierra cuando las sigues?
¿Y si adoptas la tercera, qué pasa entonces? ¿Cómo se transforman tus relaciones, tu trabajo, tu propósito… si escoges creer en el ser humano?
La tercera historia es simultáneamente "la verdadera historia" y una elección.
Es paradójico. Muchos cambios de paradigma lo son: dos verdades superpuestas y aparentemente contradictorias bajo la manera de pensar del viejo paradigma. Tenemos que poder sostener esta paradoja, no intentar resolverla. Es la verdad y es una elección.
La historia del Gran Giro narra el inevitable despertar del ser humano a lo largo de varias generaciones, quizá incluso siglos. Nosotros la sentimos inevitable. La vemos por todas partes, en personas cada vez más conscientes y abiertas de mente, en el crecimiento de una sociedad filantrópica, en el auge de movimientos como el veganismo…
Pero al mismo tiempo la oscuridad también crece. Hay una enorme polarización. Caos, incertidumbre, violencia, falsedad, manipulación, resistencia al cambio, odio, guerra…
Esa es la fractura. Y a través de la dolorosa fractura entra la luz.
Y tú, ¿qué historia eliges?
Gracias por leernos.
Un abrazo,
Andreu y Marta
PD: Recursos para el que quiera empaparse más de esta filosofía. El artículo que escribimos hace un año sobre El Trabajo que Reconecta, de Joanna Macy. Este trabajo nos ayuda a ver, honrar y sostener el dolor, algo necesario para poder seguir adelante con esperanza. / El libro Dignos de ser humanos, de Rutger Bregman, sobre la bondad y generosidad esencial del ser humano (ver
y su substack, especialmente el artículo Desmitificando la naturaleza humana). / Y, por supuesto, Charles Eisenstein, un filósofo que es un auténtico visionario del siglo XXI. Tiene varios libros bellísimos que te abren los ojos a una nueva realidad. También publica ensayos en substack.
Gracias por la entrada, muy bella.Me quedo con “somos sus guardianes, aunque muchos nos hemos olvidado de ello, tratando con descuido el bellísimo planeta del que formamos parte. Hemos de recordar nuestro verdadero papel en el ecosistema”. Creo que si tuviésemos miras más altas y nos diésemos cuenta cómo de pequeños somos en este gran mundo que nos conforma, todo cambiaría. Ser parte del todo nos hace conscientes, ir cada uno a lo suyo en su micro mundo nos encierra. Gracias 🌱
Me llena el corazón todo lo que escribís, bellos! Os como!! 😍